jueves, 19 de julio de 2012

Para que sepa el universo



“Dicen que toda sonrisa empieza con otra sonrisa”, frase sórdida si las hay. Hace mucho la leí en un forward  y me quedé regulando… qué quiere decir? Eso es bueno o es malo? Tiene algún sentido esa frase? En realidad parece que tiene sentido pero no lo tiene, al menos para mí. Puede que una sonrisa empiece con otra sonrisa, pero… ¿Qué significa una sonrisa? Sinceramente, no lo sé.
Qué intenta transmitir una persona cuando sonríe? Yo desconfío de las personas que sonríen, no sé si me están midiendo, no sé si están tristes, no sé si están alegres…además ¡Vamos! Esto es la guerra!!! Como alguien me va a sonreír y yo voy a quedarme tranqui? Sin ir más lejos esa obra maestra del renacimiento, La Gioconda, ese rostro inexpresivo que despertó tantos interrogantes es la prueba de lo que digo, nadie sabe si estaba triste, alegre, si planeaba matar a Da Vinci después de que este terminara de retratarla, o sea…que le pasa? Es lo que digo: Una persona que sonríe no es de fiar.
Ahora bien, si esta frase a la que hago referencia al principio lo que intenta decir (y ojo que esto es pura y exclusivamente suposición mía, eh?) es, que una persona que SE RÍE (que no es lo mismo que sonríe) seguramente hará reír a otra, entonces estamos de acuerdo. Yo iría reformulando la frase de a poco para darle un sentido más concreto y contundente, pero no me atrevo a usurpar la creatividad del genio formulador, asi que simplemente haré como que nunca la leí o que simplemente no tiene nada que ver con este tema
Reírse es la prueba de que uno está vivo. Reírse implica que uno no está feliz, sino que ES feliz. Reírse implica que uno tiene con quien hacerlo, porque nunca alguien que se ría a carcajadas estará solo. Por lo tanto podemos volver a reformular la frase inicial “Dicen que toda carcajada, trae consigo otra carcajada” y esta vez queda un poco mejor.  Y esto hasta se puede expresar matemáticamente:
Sujeto X + carcajada = Sujeto Y + Carcajada
Sujeto X + Sujeto Y + Carcajadas = Sujeto Z+ Carcajada
Y así podría poner un montón de ejemplos que no son necesarios porque creo que son lo bastante inteligentes como para entender cuál es el punto, y, precisamente, el punto es (por si alguno no llego a entender) que toda persona que tiene el don de poder reírse, jamás estará solo. Y también a la inversa, toda persona que tiene el don de no estar solo, jamás dejará de reírse.
Este no es un tema para tomar a la ligera, estoy hablando con conocimiento de causa. Conozco mucha gente, muchísima, pero aun así hay veces en las que siento que vivo en una isla desierta, y esa sensación solo se va cuando estoy rodeada de gente que se ríe. Hasta el general más agrio y frio quiere que sus soldados estén felices, y, por supuesto, mi general no es la excepción. Mi general me puso en un escuadrón con gente que sabe la diferencia entre reír y sonreír y que, por lo tanto, nunca sonríe. Son todos absolutamente distintos, ninguno se parece al otro… y eso es bueno en gran manera.  Aprendí, aprendo y sin duda aprenderé mucho de ellos, y aun si no conociera sus nombres, no me haría falta, pues cada soldado tiene algo aun más único que sus huellas dactilares: Su risa. Puedo reconocer a cada uno de ellos por los sonidos estrepitosos que emiten sus cuerdas vocales y que resuenan en su cavidad bucal (en algunos resuenan más que en otros).  Hay uno que ríe con una risa entre malévola e inocente, como de niño feliz por una travesura que salió bien, hay otro que ríe con todo sus pulmones y su estómago, en una risa llena de vocales, otros dos ríen como si no tuvieran ganas, pero el tiempo me mostró que esa es su risa del alma y que en realidad eso es todo lo que puede soportar su garganta. Algunos también ríen mientras hablan, y resulta imposible entender lo que dicen, lo cual los hace reír más. Un último ríe con una risa como si fuera Hulk, entre malo y tonto, y eso nos hace reír a todos. Esos sonidos son los que me hacen reír, no necesito más. Al escuchar eso tengo todo lo que necesito saber: Quién es, cómo se siente, dónde está. No necesito preguntar cuál es el motivo de esa risa, la respuesta siempre es “No sé”, y en realidad…que importa? Lo único que importa es que ellos están para apuntalarme con sus risas como yo estoy para apuntalarlos a ellos con las mías, esa es el arma secreta de nuestro escuadrón, nadie puede mantenerse incólume ante una explosión de nuestra risa. Cualquiera que quiera hacerse el serio tiene dos opciones, o saca la bandera blanca y empieza a reírse con nosotros…o se va, y hasta hoy son más los prisioneros de guerra que tenemos, que los que salieron huyendo.
Por eso, cada vez que alguien me pregunta qué me hace reír, nunca dudo, la respuesta es siempre la misma “La risa de mis amigos”. Si alguna vez me ven caminando por ahí, o viajando en el colectivo o haciendo cualquier cosa, ya saben que me estoy riendo porque quiero que el universo sepa que tengo compañía. Cualquiera que me haga reír tendrá un puesto disponible en mi escuadrón, dependerá de él que quiera ocuparlo o no. Así que, por todo esto, la frase inicial carece de todo sentido, no existe en mi vida. No quiero gente que me sonría, quiero a mi alrededor gente que se ría a carcajadas, conmigo o de mi, no importa, lo que importa es que si se ríe, seguramente es mi amigo.